MALÉFICA – Una historia más

Maléfica - Disney

 

Finalmente logré ver está película, luego de varios meses posponiéndola. Tenía gran expectativa acerca del argumento y de cómo sería conducida esta película, tanto por la campaña mediática que giraba en torno a ella, como por la actriz que representaría el papel principal, Angelina Jolie. Si bien me encantó su desempeño actoral y he podido observar como película tras película, la reconocida actriz se sigue superando; el guión y el mensaje de fondo me dejaron con una sensación de vacío. Ni siquiera los efectos especiales pudieron dar alguna sorpresa, pues los paisajes parecían una recopilación de Alicia en el País de las Maravillas con una mezcla del Señor de los Anillos.

Para quienes no la hayan visto, acá les escribo parte de la sinopsis:

Maléfica era una joven hada de enormes alas (muy grande en comparación a las haditas que estamos acostumbrados a ver) con un gran amor por los seres que viven en el Páramo. Tiene poderosas alas y es mágica. Un día, llega al Páramo un niño humano que estaba tratando de llevarse unas piedras y Maléfica lo convence para que las devuelva. Con el pasar del tiempo se forma un vínculo fuerte entre Maléfica y el joven, llegando ésta a enamorarse, sin saber que con el paso de los años, el chico al que ella consideraba especial y su amigo, se iría apartando de ella, motivado por la avaricia y ansias de poder, finalmente traicionándola.

Al verse engañada cuando le cortan las alas, Maléfica pasa de ser una dulce Hada a convertirse en una terrible bruja, quién al enterarse tiempo después, del bautizo de la hija del Rey Stephan (su antiguo amigo), decide presentarse sin invitación y lanzarle una maldición a la pequeña Aurora para cobrar venganza.

Sin embargo, con el paso de los años, Maléfica ve como Aurora va creciendo y le va tomando cariño, arrepintiéndose de lo que había hecho tiempo atrás, trata de revertir el hechizo pero no era posible, la única manera era que Aurora encontrara al amor verdadero y que dicho amor le diera un beso para despertarla del profundo sueño en el que caería Aurora al cumplir los 16 años de edad…”

Analizando sólo esta parte de la historia, el guión se acerca mucho a lo que podría ser una novela común de las que pasan a diario en la TV. La inocente muchacha que es traicionada y luego se vuelve mala; uno de los puntos que demuestra la falta de creatividad que está teniendo Disney para crear historias impactantes y que realmente nos dejen pensando al terminar la función.

Son otros los países que ahora nos sorprenden con cine animado, contándonos historias a través de imágenes por encima incluso del discurso y la narración, capturando la atención tanto de grandes como de chicos. Un claro ejemplo lo podemos encontrar en el film francés del 2010 titulado “El ilusionista” realizado con la animación clásica en 2d pero con un gran guión, manteniéndonos a la expectativa hasta el final.

El ilusionista, film animado francés

¿Qué necesitará Disney en los tiempos actuales para recuperar esa magia que antes nos dejaba a todos maravillados?

Amada Muerte

Amante oscura, dama silente
La que pacientemente espera,
Unión y lamento, el sorbo final.

Consuelo del afligido, dolor del solitario
Hermana de la vida, desterrada del encanto
Misteriosa amiga envuelta en el tiempo.

El último suspiro, el último llanto
Por ti, hoy vivo y celebro
Por ti, valoro este día
Por ti, inmortalizo memorias.

Amada muerte, de agridulces besos
Araño la vida queriendo alejar el encuentro

Amada muerte, llena de melancolía
Saboreo momentos, para hacer dulce la despedida.

Amada muerte, inesperada visitante
Venerada maestra que siempre atormenta.

Por: Ingrid Alexandra Morales S.
(gatitacaraquena)
Diciembre 9, 2012

Maleficio

Con un cálido verso
incendiaste mi universo
y caí en un espejismo incierto
del cual aún no despierto

No se si fue tu energía
o tu esencia, mi fantasía
pero cada noche me erizo
al recordar que me deshizo

Malvado, perverso, truculento
caminante sigiloso e inquieto,
espíritu de fuego ardiente
me descubriste de forma inminente

En vano trato de hallar salida
pues tu magia cautiva
y ser tu víctima selecta
sería la gloria perfecta.

-Ingrid Alexandra Morales S-
Caracas-Dic 2012

¿Cuánto dolor hay detrás de una sonrisa?

Con motivo de la muerte de Robin Williams y la trágica manera en que se despidió del mundo.

Robin Williams

El 11 de agosto del 2014 será recordado dentro del mundo del cine y el espectáculo como un día muy doloroso, en el que uno de los genios de la comedia y la actuación se despidió de esta vida, de la forma más inesperada por todos, el suicidio. Sus seguidores, entre los que me incluyo, muchos conocíamos de su pasado con el alcoholismo y otras drogas, pero también sabíamos de su voluntad para dejarlas; gracias a esa voluntad le mantuvo sobrio durante un periodo cercano a los 20 años, pero lamentablemente hubo un trastorno que le ganó la batalla, “la depresión”.

La última noticia que había leído acerca del actor, (hace poco menos de un mes) decía que éste, por motivación propia había decidido internarse en una clínica para seguirse manteniendo alejado del alcohol y para buscar apoyo por la depresión que sufría en ese momento. Habiendo superado tantas batallas fuertes imaginé que el señor Robin Williams también superaría este mal momento de su vida, lamentablemente no fue así. Es triste su pérdida tanto para su familia, como amigos, colegas y seguidores. ¿Quién se habría imaginado que aquel actor que nos hacía reír tanto y nos conmovía con sus interpretaciones, sufriría de depresión? Muy poca gente, de ahí viene mi análisis ¿Cuánto dolor puede esconder esa persona que siempre se la pasa haciendo chistes y haciéndonos reír?

Se nos fue nuestro Patch Adams, nuestro Peter Pan, el profesor de la sociedad de los poetas muertos y tantos otros personajes maravillosos a los que Robin, les dio vida. El caso de Robin Williams no es el primero que conozco dentro de la escena farandulera y que de igual forma me haya conmovido. Hace 4 años atrás y de una manera menos dramática, también falleció el músico Peter Steele de un infarto, luego de una larga enfermedad; apenas a la edad de 48 años, justo en el momento en que mejor estaba, ya tenía dos años sobrio y había reencontrado su espiritualidad, justo después de muchos años de lucha interior debido a su adicción a las drogas y al alcohol, además de “la depresión”.

Los miembros de la banda y fans que llegaron a conocerle en persona lo describían como una persona a la que siempre le gustaba hacer bromas y hacer reír a la gente. Eso se veía incluso en sus entrevistas televisadas. En algún momento también tuvo un intento de suicidio y hasta hizo chistes y canciones acerca de eso. De manera reiterada, con el humor negro y sarcástico que siempre le caracterizó también le escribió a la muerte. Por último, retrocediendo aún más en el tiempo, en el año 1994 el cantante y compositor norteamericano, Kurt Cobain, también abandonaba este mundo de una triste manera, mediante el suicidio; producto de un disparo en la cabeza con una de las armas que solía tener en su casa (según él para protección).

En una entrevista que le realizaron meses antes de su muerte, decía que “se sentía mejor que nunca y muy feliz”, además se había alejado de sus adicciones. Pero investigaciones que salieron a la luz posteriormente, demostraron que también tenía tendencias depresivas y nunca logró superar la separación de sus padres. Eventos que normalmente la gente común supera, pero siempre hay la excepción a la regla. Si seguimos adentrándonos dentro del dolor humano quizá encontraremos más casos similares, hago mención de estas tres personalidades por tener tres rasgos en común; primero que todo: siempre sentí empatía por su lado más humano, valorando más su parte humana, las de errar, caer y levantarse; incluso los aprecié más por sus dificultades que por el mismo hecho de ser artistas (cada uno muy bueno en su especialidad). El segundo y tercer rasgo en común es que eran bromistas y sufrían de depresión.

En algún punto de mi corta vida me sentí al igual que ellos, “la pieza que no encaja en el rompe cabeza” y también recurrí al igual que ellos, a la risa y hacer bromas para sentirme mejor (aún utilizo el humor), pero además tenía otras herramientas fundamentales, que tal vez ellos no tuvieron. Tenía y tengo una vida espiritual (sin ser fervientemente religiosa, todos los excesos son malos), no hay nada como estar en paz con nosotros mismos y edificar tanto en nosotros como en el prójimo lo mejor para el crecimiento personal y espiritual, no importa la creencia que tengas; sea cristiana, católica, wicca, budista o hinduismo.

Lo importante es no descuidar nuestro espíritu y nuestra conexión con los demás como parte de un todo. Otra cosa importante para superar la depresión es el contacto con la familia  y rodearse de “buenas amistades». Comunicar lo que sentimos y nunca dejarnos guardado el sufrimiento. (Ya hemos visto que es un hábito muy malo y mortal.) Identificarás al buen amigo porque estará siempre ahí, aun cuando todos los demás se han dado la media vuelta, el buen amigo es aquel que te oye sin juzgar, el que sin importar lo ocupado que esté, sacará un tiempo de su día para demostrarte que le importas, el que te ofrece su hombro en los momentos difíciles y que no sólo te busca para ir de fiesta. Así que procuremos ser buenos amigos y rodearnos de amistades reales, leales y sinceras; en lugar de amistades efímeras, fiesteras, llenas de descontrol y vicios. Nunca conducen a buen puerto y como bien reza el dicho “Dime con quién andas y te diré quién eres”.

Algo importante que quiero destacar, es que debemos poner nuestro granito de arena para poder salir de la depresión, (no le podemos dejar todo al mundo exterior) mantener la mente activa, hacer lecturas positivas, entusiastas o simplemente de alguno de nuestros temas favoritos, favorece para una pronta recuperación del estado depresivo; incluso ofrecerle ayuda a alguien más puede hacernos sentir muy bien con nosotros mismos y hacernos sentir útiles, así podemos darnos cuenta que muchas veces nuestro problema no es tan grave como pensábamos. Para cerrar, si alguna vez se encuentran con un caso de similares características dentro del grupo familiar o un amigo cercano. Ofrézcanle mucho amor, la mayoría de las veces las personas conflictivas o que entran en profundas depresiones y adicciones, no son más que seres carentes de afecto y comprensión. Puede que resultes insultado alguna vez, pero no respondas de la misma manera, es mejor retirarse en silencio y darle tiempo a la persona para que reflexione acerca de sus actos. Se debe tratar en lo posible, de hacerle entender a esa persona que su conflicto tiene solución. Eso si, siempre desde la sinceridad genuina y la bondad, sin aires de superioridad ni egocentrismos. Tratar de ponerse en los zapatos del otro, nos hace más cercanos a esa persona que dentro de si, guarda tanto dolor y que muchas veces no sabe como canalizarlo.

Por: Ingrid Alexandra Morales Sierra (artista, escritora, investigadora incansable acerca de la mente humana).

PD: No soy psicólogo y las opiniones compartidas por mí desde lo personal, son sólo eso, una visión personal. En casos graves lo mejor será siempre acudir con un profesional