ADIÓS
Se le olvido advertirme que todo acabaría…
Que las rosas iban a marchitar y solo las espinas quedarían.
Se le olvido decirme que este amor no era tan especial
como llegue a imaginar que lo seria…
Que para usted fue otro amor nada más, que nada cambiaría.
Nunca logre percibir el dolor que su amor me causaría;
nunca llegue a divisar en nuestro amor una posible despedida…
Y aquí esta… y me despido para siempre sintiendo el corazón
todo arrugado y partido en mil pedazos…
Ojala que usted encuentre lo que busca;
ojala que la sepan querer y la hagan feliz todos los días…
Ojala que no sufra como yo, porque después de amarla
inmensamente con toda mi ternura,
no puedo desearle ninguna desventura.
Autor: Diego Zapata Nicholls
©Extraido de: http://www.predicado.com/articulo.php?id=242968